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Foto del escritorProf. Denis Astelar

La confusión de los bloqueos y los linajes familiares


Introducción


A lo largo de la vida, sea para cuidar la salud física o para intentar transmutar algunos problemas de salud mental o determinados bloqueos emocionales, recurrimos a las terapias como vía para ayudarnos a comprender y resolver dichos bloqueos.


La palabra «terapia» procede del griego «therapeua», y significa «prestar apoyo a alguien en su camino»: y en este sentido, por ejemplo, todos los elementos de la propia naturaleza pueden ser de gran ayuda en nuestro camino hacia el equilibrio, junto con las enseñanzas que se han ido transmitiendo durante siglos a lo largo de la historia de la humanidad: el bosque, el estudio y apertura de los Chakras, los aromas, los sonidos naturales, la música, los colores, los minerales, la filosofía, psicología, etc. Evidentemente, las terapias no poseen la fuerza suficiente para actuar como un “hechizo mágico” que al utilizarse lo transforme todo de forma instantánea en todo caso, para recibir los efectos positivos de las terapias, su aplicación debe ser constante y duradera y deben complementarse con un proceso interno de maduración, voluntad y crecimiento.


Alcanzar el equilibrio entre cuerpo, mente y energía es un viaje hacia ti mismo, un viaje hacia la vida y un reto hacia el descubrimiento de tu Esencia. Las terapias son solamente ayudas que sirven para desplegar todo el potencial que reside en ti como el Ser que eres y que forma parte de un Todo.


Es obvio que determinadas terapias están destinadas al área psicológica, otras a áreas emocionales y otras a tratar las dolencias que el propio cuerpo físico manifiesta a lo largo de la vida.


El principal problema surge cuando en la aceptación de dichas terapias y sus terapeutas asociados, se adquieren caminos incoherentes, técnicas de dudosa eficacia e información confusa y manipulada que, más allá de ayudar a deshacer los nudos creados, los complica todavía más en una telaraña de engaño y confusión.


Uno de los debates que más han surgido últimamente con las personas con las que he tenido la oportunidad de intercambiar sabiduría, giran entorno a determinadas terapias generacionales que plantean la posibilidad de resolver los bloqueos personales en distintas áreas de la vida, relacionándolos con las acciones o problemas que el linaje familiar tuvo antes que ellos. Dicha propuesta ha provocado en la mayoría de personas un conjunto de confusiones y alteraciones del punto de vista de la responsabilidad personal que han llevado a la manipulación de técnicas originales como la terapia de constelaciones familiares ante nuevas versiones o vertientes distorsionadas que nada tienen que ver con el enfoque original, como las denominadas bioneuroemoción o biodescodificación.


Estas terapias resultantes comparten ciertas raíces principales pero su interpretación sobre la influencia del entorno familiar en la vida de las personas, difieren significativamente en sus fundamentos y en la manera en que abordan el papel de la responsabilidad individual en el momento de hacer frente a un problema. Es importante señalar que, en ocasiones, la confusión entre ambas prácticas genera interpretaciones erróneas que pueden afectar profundamente a la comprensión del origen de los problemas emocionales, psicológicos y físicos de las personas e incluso agravarlos todavía más.


Constelaciones Familiares: Entender el sistema sin negar la responsabilidad individual


La terapia de constelaciones familiares, desarrollada por el terapeuta alemán Bert Hellinger, se basa en la idea de que los problemas emocionales y otros conflictos personales pueden estar relacionados con los desequilibrios vividos dentro del sistema familiar y sus disfuncionales miembros. Este enfoque sostiene que ciertos patrones de comportamiento, traumas no resueltos o dinámicas disfuncionales pueden transmitirse a través de generaciones (evidentemente centradas en los miembros de tu familia que compartieron existencia e influencia real en tu vida que aquellas que nunca interactuaron contigo a lo largo de la existencia biológica). A través de una representación simbólica del sistema familiar, este terapeuta planteó la idea de que los individuos pueden visualizar estas dinámicas y trabajar en la relación con los miembros de la familia afectados para encontrar un equilibrio.


No obstante, las constelaciones familiares no se fundamentan en la búsqueda de culpables o argumentos fruto de la fantasía y la imaginación de familiares de un linaje que jamás tuvo relación con el sujeto en cuestión, ni pretenden eximir a los individuos de su responsabilidad personal. Aunque exploran la historia familiar, el objetivo principal es entender y reconocer las influencias familiares para comprender por qué eres cómo eres y localizar el modo de romper con esos patrones nocivos heredados, con el propósito de encontrar paz y sanación y romper su perpetuidad y repetición. En este sentido, el enfoque es más bien de reconciliación y toma de conciencia de que, si bien existen dinámicas familiares que pueden influir, cada persona sigue siendo responsable de sus acciones y decisiones.


Bioneuroemoción y Biodescodicficación: Una confusión que desplaza la responsabilidad


Por otro lado, terapias que han surgido después tales como la biodescodificación propuesta por el francés Christian Flèche o la bioneuroemoción, un enfoque más reciente promovido principalmente por el barcelonés Enric Corbera, ha generado controversia y confusión. Este tipo de disciplinas postulan que la mayoría de las enfermedades o malestares tienen un origen emocional y que muchas de estas emociones están relacionadas con experiencias traumáticas padecidas por los antepasados (muchos de ellos vivos cuando tú no habías ni nacido). En este sentido, se asume que los problemas actuales de un individuo pueden estar vinculados a las "atrocidades" o "karmas" realizados por sus ancestros, creyendo equivocadamente en la transmisión de ese legado de generaciones en generaciones, sugiriendo que la solución a dichos problemas pasa por comprender y resolver esos traumas familiares no resueltos incluso cuando jamás hubo un vínculo directo con dicho miembro familiar. ¿Todo muy fácil y viable verdad?


La confusión aquí radica en que, bajo este paradigma, puede surgir la falsa creencia de que los males personales que se padecen son una herencia inevitable de los actos de nuestros antepasados. Esto puede llevar a algunas personas a sentirse víctimas de su linaje familiar, desplazando la responsabilidad de sus propias decisiones y acciones a generaciones anteriores y, por lógica, a trasladar esos bloqueos no resueltos del pasado a generaciones futuras que no tendrán interacción ni culpa alguna frente a los antepasados, heredando nada más que miedos, traumas y bloqueos de sus congéneres más cercanos, convirtiéndose en un pez que se muerde la cola, destinado a repetir la historia una y otra vez. En lugar de asumir la propia responsabilidad personal sobre los actos y las consecuencias provocadas por cada ser de forma única, esta perspectiva fomenta una búsqueda de culpables en el pasado y un temor transmitido automáticamente a la descendencia futura, generando una sensación de impotencia y desconexión con el presente y la autoconciencia que hace más mal que bien.


La aplicación y la falta de comprensión a la hora de discernir y comprender la relación entre nuestros bloqueos personales y únicos y trasladar dicha responsabilidad a los actos ajenos de otras personas está provocando grandes dosis de sufrimiento, confusión e incertidumbre entre todas aquellas personas que, cargados de la poca voluntad que les queda, inician la búsqueda de herramientas que lejos de ayudarles a resolver sus problemas, les generan todavía más de los que ya poseían, siendo una fuente de ingresos para esos terapeutas que lo único que han hecho es someter a otros a la misma manipulación a la que un día fueron sometidos ellos, provocando todavía más cargas y trabajo personal del que era necesario en un principio.


La importancia de asumir la responsabilidad individual


Lo que resulta crucial entender es que, si bien tanto las constelaciones familiares como otras terapias relacionadas exploran el impacto del entorno familiar en nuestra vida, ninguna influencia externa puede eximirnos de la responsabilidad sobre nuestras decisiones sobre la búsqueda del equilibrio y el bienestar.


Cada ser humano es autónomo en sus actos, con capacidad para elegir y asumir las consecuencias de sus elecciones, explorando las sendas de su propio Karma y Dharma desde una visión metafísica de la existencia. Aunque podamos reconocer que algunos patrones familiares pueden influir en nuestras tendencias o predisposiciones (siempre basados en experiencias de familiares o personas cercanas con los que hemos tenido una convivencia o contacto), no podemos culpar a nuestros ancestros u otros por los bloqueos que residen en nuestra vida y que intentan enseñarnos algo que no deseamos o no somos capaces de ver.


Así, lo que necesitamos comprender es que el trabajo terapéutico no debería enfocarse en buscar culpables o hacer responsables a otros de los retos que la vida nos plantea a todos y cada uno de nosotros, sino en reconocer la influencia de nuestras experiencias, actitud y voluntad y tomar el control de nuestra vida aquí y ahora, sabiendo que cada uno de nosotros posee un camino único y sagrado y nada ni nadie puede desviarnos de este más que nosotros mismos. Atribuir los males que padecemos a nuestros antepasados no sólo es injusto, sino que perpetúa un ciclo de victimización y falta de empoderamiento personal que perdurará hasta que alguien decida romper dichas cadenas.


Recuerda: No eres responsable de las heridas que otros te provocaron, pero sí eres el responsable de hacerlas conscientes y sanarlas.


La verdadera sanación viene del reconocimiento de nuestra auto responsabilidad, tanto en las buenas como en las malas, y de la capacidad de tomar decisiones conscientes que nos afecten para mejorar nuestro presente y vivir en paz con nuestras proyecciones pasadas y futuras.


Conclusión


La diferencia fundamental entre sanar desde el propio Ser a buscar explicaciones que justifiquen por qué somos cómo somos, pasa por la idea en que se percibe la responsabilidad y el poder personal.


Cada uno de nosotros tiene la capacidad y el poder de transformar su vida desde la conciencia, y es esta conciencia la que debe guiar nuestras acciones para no repetir ciclos de culpa y victimización, sino para avanzar con mayor claridad, responsabilidad y libertad.


Mientras que el crecimiento personal busca reconocer la influencia del sistema familiar y social sin negar la responsabilidad personal, muchas de las terapias que plantean solucionar los nudos que nosotros mismos hemos aceptado en nuestra vida nos pueden llevar a caer en la trampa de desplazar dicha responsabilidad hacia los ancestros u otros elementos externos.


Lo que debemos recordar es que, aunque el pasado familiar y experiencias que otros nos han hecho vivir influyen en nuestra vida dependiendo de nuestro estado evolutivo, somos nosotros los únicos responsables de nuestras decisiones y actos en el presente, y sólo nosotros responderemos por las consecuencias creadas cuando sea el momento.


El debate está servido: ¿Y tú qué opinas?


Prof. Denis Astelar

Universidad de vida – Enseñanzas de Desarrollo Humano

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2 Comments


ferpizar
Sep 19

De acuerdo. Creo que se concentra en los traumas familiares, cuando en la historia de la familia han existido personajes -amistades o enemistades- que seguramente han impactado profundamente, y que quizás ni siquiera fueron registrados en el “árbol” familiar.

¿Y ahí que se hace?

Y aúnque se pudieran incluir -desconozco si se puede- habría una miríada de externos que afectaron la historia de cada uno de nosotros. Al final, un trabajo titánico eso trabajar en la historia/razones de nuestros problemas. Creo que es querer señalar a todos, para justificar porque se es como se es, y en el fondo no cambiar nada.

Muchas gracias por compartir. 👍🫡🤗

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Empar Ariño
Empar Ariño
Sep 18

Es un bombazo, no tengo nada q debatir pues es cierto que nosotros solo nosotr@s hemos , somos y seremos los responsables de nuestros pensamientos y acciones y que nos quieren vender otros arquetipos para q estemos enganchados y culpemos a nuestra ancestros de nuestros errores, bien cierto también és que podemos adquirir patrones de conducta por nuestros padres, por diferentes situaciones no gratas, pero 1° son heridas q hay q sanar entendiendo la base evolutiva de cada familia.

2° no culpando a los demás de tus errores para poder cometer más.

3° nuestros antepasados no son responsables de tu Aquí y Ahora, ellos ya fueron responsables de sus actos. y 4° el carácter no se hereda por genética ,…

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